Historia

La primera cooperativa de trabajo fue creada en 1833 en París entre los joyeros. Desde entonces el movimiento cooperativo se ha desarrollado y ha florecido en todo el mundo y en todos los sectores de la economía. En particular, entre el final del siglo XIX y el comienzo del siglo XX las cooperativas de trabajo se expandieron por todo el continente europeo, y de allí al resto del mundo. Las cooperativas sociales han emergido principalmente a partir de los años setenta, para responder a las necesidades en el sector de los servicios sociales, sanitarios y de integración en el trabajo.

Hoy en día las cooperativas de trabajo y sociales abarcan un rango muy diversificado de actividades: TIC, turismo, servicios educativos, energías renovables, diseño gráfico, etc.

Aunque la mayoría de las cooperativas de trabajo se crean desde cero, centenares de ellas en Europa son el resultados de empresas que se han transformado en cooperativas o que han sido relevadas por sus trabajadores/as y reconstituidas como cooperativas.

200 años de historia (en el mundo y en Andalucía)

Inicios – 1870

Es en este período cuando en algunos países europeos empiezan a calar ciertas disciplinas enfocadas a luchar por la igualdad social. Es el momento en el que nace la doctrina fourierista, que tenía como principal baluarte la creación de falansterios, comunidades creadas con el afán de ser autosuficientes y que mantenían la igualdad de trato y bienes entre todos sus componentes.

La persona clave en la introducción de las doctrinas de Charles Fourier en Andalucía fue Joaquín Abreu (Cádiz 1782 – 1851). Primero marino y después destacado político, Abreu se dedica a propagar la idea fourierista, de la que es un ferviente defensor. Abreu influyó decididamente en Fernando Garrido Tortosa (Cartagena 1821 – 1883), considerado introductor del cooperativismo moderno en Andalucía y España.

Podemos concebir como una proto-cooperativa aquella creada en Jerez de la Frontera bajo el nombre de “Los justos pioneros de Rochdale”, en homenaje a la primera cooperativa de consumo creada en Rochdale en 1844. Entre los años 1868 y 1871 es cuando se produce el verdadero despunte del cooperativismo en toda Andalucía.

1900 - 1950

A principios del siglo XX, los movimientos asociativos cogen una gran fuerza en Andalucía. La aprobación de la Ley General de Cooperativas en 1931 trae consigo la potenciación de las cooperativas en ámbitos políticos y sociales. En las numerosas muestras de adhesión al movimiento asociativo, se pide la creación de cooperativas de consumo y que aquellas tierras que estuvieran ociosas o poco explotadas puedan pasar a manos de cooperativas promovidas por las sociedades obreras, para que sean ellas quienes exploten su cultivo.

La II República, que dura hasta el año 1936, está marcada por el florecimiento de empresas cooperativas, la mayoría de ellas caracterizadas  por la neutralidad ideológica, al encontrarse en sus asambleas personas de todas las tendencias políticas.

Con la llegada de la Guerra Civil española se paraliza toda la actividad económica del país y queda en interrogante  lo que llegaría  cuando acabase la contienda. 

El primer periodo franquista (1939 – 1959) trae consigo la ley de cooperativas de 2 de enero de 1942, lo que se denominó el nacional-cooperativismo, organizando de manera disciplinaria la acción cooperativa en un sentido jerárquico y unitario.

1950 -1977

Entre el periodo 1958 y 1967 existe una verdadera explosión en el crecimiento cooperativo, ya que al gobierno le interesa fomentar este modelo empresarial por ser un método adecuado a la homogeneización y el desarrollo económico sostenido de la sociedad española.

Los últimos años de la dictadura española transcurrieron sin lucimiento para el sector, tanto a nivel nacional como andaluz. Sin embargo, vista la cada vez mayor importancia de estas empresas en España y Andalucía, el gobierno proyecta promulgar una nueva ley de Cooperativas que ve la luz en 1974. Esta ley adopta, formalmente, los principios cooperativos impuestos en la Alianza Cooperativa Internacional, pero también incluye una serie de medidas que resultan irreconciliables con los principios de democracia propugnados por la Economía Social.

Tras la muerte de Franco y  la desaparición de los sindicatos verticales, esas cláusulas de control de las cooperativas y la obligatoriedad de pertenecer a las uniones provinciales y federaciones es abolida, con lo cual se comienza a dar un respiro al sector de la Economía Social.

1977 – Nuestros días

En Andalucia, en 1977 se crea la “Federación de Cooperativas de Andalucía” (FECOAN), que nace con el apoyo de más de 700 representantes asistentes a su congreso constituyente en Sevilla.

Tras una reunión en Antequera en mayo de 1978 con más de 400 representantes, se llega a diversas conclusiones que darían lugar al Movimiento Cooperativo Andaluz (MCA), lo que significó la unidad de acción de todos los representantes del movimiento asociativo de la Economía Social Andaluza.

En 1985 se aprueba por el Parlamento Andaluz la ley de cooperativas andaluzas. Desde ese año se han producido espectaculares cambios en el sector de la Economía Social. De hecho las empresas de Economía Social son ya reconocidas como un referente obligado a la hora de  hablar de la economía andaluza.

En 2011 el Parlamento Andaluz aprueba la nueva ley de Sociedades Cooperativas Andaluzas (Ley 14/2011) que ha introducido innovadoras fórmulas empresariales cooperativas para adaptar la normativa a los nuevos modelos organizativos y empresariales, donde las cooperativas siguen dando respuesta a las necesidades y aspiraciones de sus miembros y de sus comunidades en el siglo XXI.